En al marco de la 37 Asamblea General de la OEA en Panamá, con el tema de central "Energía para el
Desarrollo Sostenible", Oilwatch Panamá, expresa su preocupación por la profundización en el país de una política energética
orientada a la depredación de nuestros recursos naturales, productivos y sociales en función de la demanda transnacional de
energía, reiterada en el documento oficial Política Nacional de Hidrocarburos y Energías Alternativas de 2005.
Desde mediados de los noventa cuando el gobierno PRDista privatizó el sector energético, con el hoy presidente
Torrijos como parte del gabinete de ese entonces, la dinámica destructora no ha cesado, tiendo cautivos a nuestros recursos
hídricos con más de una decena de iniciativas de concesión de agua en proyectos hidroeléctricos sobre vitales cuencas del
país como la del río Santa Maria, Changuinola, Tabasará, entre otros. A ello se suma el crecimiento del oligopolio del
sector energético al sumar a dos transnacionales más a dos grandes proyectos de refinerías, uno en Puerto Armuelles, Provincia
de Chiriquí a manos de la tristemente celebre transnacional norteamericana Occidental Petroleum (OXY) y en Maria Chiquita,
Provincia de Colón, otra transnacional norteamericana, la Dutemp Corporation, en asocio con otras transnacionales.
A
todas luces, el renglón del modelo energético de trasiego y almacenamientos de crudos ha dejado impactos ambientales terribles
en nuestro país, más de 300 derrames en nuestras costas en los últimos cinco años, como el del 4 de febrero de
2007 en la Laguna de Chiriquí Grande, Bocas del Toro, que ha dejado daños socio ambientales irreversibles para el país.
¿Cuantos
años durarán los niveles de contaminación y reposición de productividad de estos ecosistemas? Es la pregunta que se hacen
los lugareños de la laguna, mientras vienen pasando hambre. Pero también se preguntan cuál será el futuro de la laguna frente
al proyecto de ampliación del oleoducto transístmico y la capacidad almacenamiento de crudos que proyecta la empresa PTP,
íntimamente ligado a la Refinería de Occidental Petroleum en Puerto Armuelles. Si ahora el derrame tuvo semejantes características
¿Qué ocurrirá con mayor cantidad de crudo circulando en la zona? Los lugareños que se han organizado ya para ver por sus derechos
saben que la ampliación de oleoducto y la capacidad de almacenamiento es vital para la refinería de los 7,000 millones, que
gestará OXY en el pacifico. También lo saben algunos gobiernos municipales que rodean la laguna. Y la pregunta ha sido la
misma ¿Qué clase de desarrollo es esta para la zona? ¿Es sustentable o no lo es? ¿Si nos pasó ahora esto, que nos podría pasar
mañana?, y brillantemente, con esa sabiduría que caracteriza a nuestro pueblo han resumido este tipo de desarrollo en desarrollo
"pan para hoy, hambre para mañana", es decir, no sustentable, por ser la industria petrolera la de un recurso finito (el crudo)
y altamente contaminante donde se asienta. Esto ha planteado a las comunidades de la Laguna de Chiriquí una disyuntiva
de nuestro tiempo: desarrollo sustentable o desarrollo destructivo , antidemocrático, que deja a las comunidades y gobiernos
locales unos cuantos impuestos y daños ambientales permanentes, heredando hambre y muerte a las futuras generaciones.
Como si fueran pocas las amenazas contra el futuro ambiental de los panameñ@s el gobierno viene planteando también
exploraciones petroleras en el Golfo de Garachine a mano de la transnacionales Harken Energy, y en el Caribe, frente a Colon
y Kuna Yala, las exploraciones de la transnacional Circle Oil. Y por otro lado, recientemente el presidente manifiesta que
quiere convertir a Panamá en el "Brasil de Centroamérica", refiriéndose a la producción de biocombustible etanol, con lo cual
deja por sentado que la presente administración ignora por completo la escala ambiental de los procesos productivos, al querer
ampliar la frontera agrícola a del país con monocultivos agroenergéticos, que bien se sabe han depredado nuestros ecosistemas
y muchos otros en la región, y hoy producen desajustes económicos contra los ciudadanos.
"Pan Para Hoy,
Hambre para Mañana": Industria Petrolera y Sustentabilidad en Panamá Lamentablemente los organismos bilaterales,
nuestro gobierno y otros de la región ven a nuestro país como un " hub energético", antes que un lugar donde hay gente, que
representa culturas y economías locales. Para ellos Panamá es un lugar de paso donde pueden montar otras infraestructuras
para alimentar las insustentables fantasías de poder y acumulación de riquezas del presente modelo de desarrollo que gobierna
el planeta, que poco a poco va diluyendo el equilibrio de nuestras fuerzas naturales de producción y con ello
las potenciales productivos de las comunidades al destrozar recursos naturales de los cuales dependen históricamente.
Nos
aproximamos a una sociedad pospetrolera, finita de recursos naturales básicos, en el marco de cataclismos climáticos y ambientales
producidos evidentemente por los desequilibrios propinados por la mano de un modelo de desarrollo basado en el lucro de los
pocos dueños del mercado y la desgracia las mayorías de ciudadanos. A pesar de la evidencia de este problema, nuestro gobierno
sigue ciegamente alimentando el modelo petrolero y energético mercado-céntrico, despojando comunidades y destruyendo sus lugares
de convivencia, existencia socioeconómica y cultural. La desgracia de los moradores de las comunidades de la laguna de Chiriquí
o los pescadores de nuestras costas es la bendición para los agentes económicos de estas transnacionales. La brutalidad
del mercado no tiene nombre cuando se trata de garantizar factores de producción como la energía. ¿Acaso queremos este modelo
energético basado en el principio de "pan para hoy y hambre para mañana"?
El Futuro está Planteado
En
innumerables documentos a través de su existencia en la red Oilwatch hemos documentado porqué demandamos soberanía energética,
pero también sustentabilidad de los modelos energéticos.
Por ello creemos en la integración que se logra con justicia
y equidad; ambas son imposibles si el escenario donde transcurre la vida, el ambiente (biosfera), se pone en peligro, se
violenta los derechos humanos y colectivos. No en aquella integración que compromete la soberanía alimentaria, energética,
y las bases de subsistencia de las comunidades. Esta integración debe surgir de la consideración sustentable de las capacidades
productivas de nuestros ecosistemas y no basarse en el principio de la competitividad, la eficiencia y el modelo capitalista
de economía de mercado que pone los derechos de las corporaciones por sobre los derechos de los pueblos.
El dilema
del futuro está planteado. El desarrollo de infraestructura energética de la región para alimentar el voraz "mercado" pasa
vertiginosamente por Panamá con todas sus secuelas, por ello hacemos un llamado urgente a las organizaciones del movimiento
social panameño, a que nos movilicemos para frenar al modelo energético antinacional e insustentable que hoy amenaza
nuestro futuro y forjemos caminos de encuentro común para un modelo energético soberano y sustentable.
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