Las Cadenas del Petróleo y
el pasquín de Política Energética del Estado Panameño
Hace unos días señalaba el señor Luis Espósito Picardi, ex-dirigente de los gremios regionales de comercio
de combustible fósil, que el apetito de las grandes petroleras es insaciables; nadie más que los comerciantes locales de combustible
fósil y los consumidores sabemos eso en carne propia.
A inicios del año 2005, cuando los algunos gremios transportistas del interior del país protestaban por
el aumento del crudo, el fin del subsidio estatal al combustible, lo insostenible de sus negocios, y señalaban la necesidad
de cambiar las cosas, oportunamente, a través de los movimientos sociales locales, entregábamos a estos gremios un estudio
que indicaba lo que el señor Picardi señala, pero agregábamos la necesidad de que los transportistas, y la sociedad organizada
en su conjunto, uniéramos fuerzas para presionar al gobierno ha cambiar la legislación del sector quitando entre ellos el
oligopolio a Chevron, irreverente a todas luces para el tipo de mercado de consumo local, y buscáramos alternativas orientadas
a poner fin a la dependencia de los hidrocarburo, así como la importación de los automotores, y replantear la organización
centralizada del modelo energético local. A toda esta presión social el gobierno,
temiendo una alianza civil contra los abusos de las petroleras, respondió con más medidas cosméticas del ya tradicional cuño
populista de continuar con el subsidio al sector transporte, y aumentando precio al transporte público del interior, - región
de una terrible desigualdad de salarios -, y emitió un documento oficial sobre la Políticas Energéticas a
seguir en hidrocarburos y fuentes renovables nada diferente a la de los anteriores gobiernos, que no sorprendió para nada
a los que conocemos las intimas relaciones entre el poder político local y las petroleras, y como nos amedrentan con ese poderío
económico.
Era lógico que los gremios transportistas, nacidos como base social del populismo de los militares, quedaran
silenciados con en estas medidas que sólo apaciguará el problema momentáneamente. Sin embargo, continuamos siendo burlados
los consumidores, víctimas de un sistema de transporte público y privado fundado en la politiquería de la gestiones estatales
tradicionales, y del uso salvaje del combustible fósil con una contaminación a nivel centroamericano digna de un "record guines".
Sólo en el período del 20 de abril al 3 de mayo de este año 2006 se incrementó en 29 centavos la gasolina
de 91 octanos. Ante esta realidad me pregunto si el gobierno pretende seguir subsidiando, y a la vez, promoviendo la contaminación,
combatiendo el problema con las palabras "apaga fuego" de los ministros de la cartera, y un documento oficial llamado Política
Energética que carece de toda seriedad científica, donde incluso, pretenden vendernos la ilusión de un "petróleo más barato"
con la explotación petrolera en el golfo de Darién y Kuna Yala como parte de la solución, sin ni siquiera informar a las posibles
poblaciones afectadas por las exploraciones que los ecosistemas que permiten su sustento serán devastados para ver si hay
petróleo que beneficie el voraz apetito de las petroleras. ¿Dónde está la ANAM?
¿Donde está el "Ministro Patria" que dice ser ecologista?
Me pregunto si los gremios transportistas, con sus viejas prácticas clientelistas, al ver que continúa progresivo el aumento del petróleo negociarán otro aumento del pasaje, y si el gobierno
seguirá emitiendo los pasquines llamados documentos oficiales de "Política Energética" queriendo solucionar sin bases científicas
un problema tan apremiante.
Yo me atrevo a decir que si, aún más ahora cuando pretenden sembrar gobernabilidad y paz social para que
los panameños, a quienes nos creen que vivimos en el país maravillas, digamos
SI a la ampliación del Canal y saltar hacia una sociedad del "primer mundo", como dice el Presidente Torrijos en sus ya diarios
discursos, aún sin sospechar que su gobierno ya perdió la gran oportunidad, al menos, de sembrar los inicios de la solución
a la crisis energética del país; un problema de verdad vital e inmediato para el desarrollo del país.
José González Jaramillo
Miembro de Oilwatch